Tipos de periodontitis

Periodontitis del adulto [editar]
Periodontitis simple [
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Es la forma más prevalente. Se hace clínicamente significativa sobre los treinta años de edad y suele estar precedida de una gingivitis. La pérdida de soporte se produce en los periodos activos de la enfermedad. Sin embrago, la presencia de Porfiromona gingivalis indica una alta probabilidad de periodontitis activa.
Periodontitis agravada por factores sistémicos [
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Enfermedades como la diabetes mellitus, la enfermedad de Addison, la enfermedad de Crohn, enfermedades hematológicas o el sida provocan una progresión más rápida de la periodontitis, con diferentes manifestaciones clínicas.
Periodontitis de inicio precoz [
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Aparece a los veinte años de edad o antes. Supone, aproximadamente, entre un 10 y un 15% de todas las periodontitis.
Periodontitis de inicio precoz localizada [
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Afecta principalmente a los primeros molares e incisivos, probablemente porque ya están erupcionados al iniciarse la enfermedad. Puede progresar a la forma generalizada o, posteriormente, a la periodontitis de evolución rápida. Tanto la forma localizada como la generalizada tienen la misma etiología, pero su presentación depende de la efectividad de la respuesta defensiva del huésped. Existen una serie de factores asociados que son: el déficit en la quimiotaxis de los leucocitos, el número reducido de quimiorreceptores superficiales y la cantidad anormal de glicoproteínas en la superficie de los neutrófilos.
Periodontitis de inicio precoz generalizada [
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Puede generarse desde una forma localizada o debutar así. Se distingue de la periodontitis de evolución rápida en función del tiempo de inicio de la enfermedad. Sin embargo, la edad no puede precisarse, pues el tiempo del diagnóstico no coincide con el inicio de la enfermedad. Se relaciona con la presencia de una serie de bacterias como son Actynomices actinomycetem comitans o la Porfiromona gingivalis.
Periodontitis de inicio precoz relacionada con enfermedades sistémicas [
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Afecta tanto a denticiones temporales como mixtas. No suele tener un buen pronóstico a medio y largo plazo, y supone la pérdida precoz -parcial o total- de los dientes. Las enfermedades asociadas son: déficit de adherencia leucocitaria, hipofosfatasia, neutropenia clínica, leucemias, sida, diabetes mellitus del tipo I, trisomía 21, etc.

pPeriodontitis

La periodontitis, denominada comunmente piorrea, es una enfermedad crónica e irreversible que puede cursar con una gingivitis inicial, para luego proseguir con una retracción gingival y pérdida de hueso hasta, en el caso de no ser tratada, dejar sin soporte óseo al diente. La pérdida de dicho soporte implica la pérdida irreparable del diente mismo. De etiología bacteriana que afecta al periodonto,se da mayormente en adultos de la 3 edad; el tejido de sostén de los dientes, constituido por la encía, el hueso alveolar, el cemento radicular y el ligamento periodontal.
La periodoncia es la rama de la odontología que estudia los tejidos periodontales, así como también el manejo estético de las encías y los implantes dentales.
Además de la placa bacteriana, existen otros factores locales y sistémicos que modifican la respuesta del huésped ante la invasión bacteriana, facilitando o por el contrario retardando el proceso infeccioso, por ejemplo tabaquismo, diabetes mellitus, déficits de neutrófilos (Síndrome de Down, Papillon-Lefêvre o Marfan), etc. Sin embargo, es de vital importancia comprender que la única forma de evitar su aparición es manteniendo una adecuada higiene oral y visitas periódicas al odontólogo.
La enfermedad en su forma agresiva (periodontitis agresiva) puede aparecer en edades tempranas, evolucionando de manera rápida, lo que provoca la pérdida de piezas dentales en personas jóvenes.

Periodonto

Es el conjunto de tejidos que fijan el diente, a saber: Ligamento periodontal, hueso alveolar y encía. También se considera el cemento dental como un integrante más del periodonto.

La función del periodonto es muy importante, pues el hecho de que un diente esté firmemente sujeto es básico para su buen funcionamiento, ya que las fuerzas de la masticación son bastante notables. Además, el periodonto tiene una función sensitiva destacada, pues sirve para captar las sensaciones de presión que afecten al diente. De este modo, si al cerrar la boca para masticar percibimos algo muy duro –por ejemplo, un alimento excesivamente duro o una piedrecita en las lentejas- de manera muy rápida se produce un estímulo a través de las inervaciones del periodonto y una respuesta refleja de abrir la boca: Es un mecanismo de defensa.
El hueso alveolar es la parte de los huesos maxilares que se encarga de acoger a los dientes. Los dientes se incluyen en el tejido óseo en unos espacios llamados alvéolos, de ahí el nombre de hueso alveolar. Dentro del maxilar (superior) y de la mandíbula existen dos áreas respectivas de hueso alveolar: Como los dientes se alinean formando arcos, vemos que las zonas alveolares de los huesos maxilares tienen igualmente una estructura en arco correspondiente.
Una peculiaridad del hueso alveolar es que su razón de ser son los dientes, es decir, que cuando no hay dientes el hueso alveolar va desapareciendo. Y es que las altas paredes de esos alvéolos en los que están los dientes, cuando éstos faltan, se atrofian.
El hueso alveolar, como estructura ósea que es, es un tejido duro. El diente, que también es una estructura rígida, se une al hueso mediante fibras que son principalmente las del ligamento periodontal.
El ligamento periodontal es un tejido formado por fibras de diferentes tipos, unas más elásticas y otras más rígidas según su función. Y es que el diente está firmemente unido al hueso pero no completamente pegado, y eso es gracias a estas fibras. El hecho de que el diente no esté anquilosado en el hueso le da unas propiedades mecánicas excelentes, ya que le confiere un cierto grado de movilidad (muy pequeño, sí) pero que lo hace más resistente y eficaz para las fuerzas de la masticación.
Entre las fibras del ligamento periodontal existe también una abundante irrigación sanguínea y terminaciones nerviosas. De las terminaciones nerviosas ya hablamos antes, pues nos sirven para captar las sensaciones de presión que afectan al diente. Los vasos sanguíneos, que vienen desde el hueso alveolar, llegan a las fibras del ligamento periodontal y al cemento, y permiten que se nutran.
La encía o gíngiva recubre al hueso alveolar y termina por unirse directamente al diente. También es un tejido bastante fibroso, que emite fibras al hueso alveolar, al ligamento periodontal y al propio diente. Dentro de la encía hay zonas diferenciadas según su ubicación y función, pues además de ser la encía un tejido de unión para el diente, es un tejido de transición para con el resto del epitelio de la boca. De hecho, se podría considerar una parte de la mucosa bucal que se ha especializado y se ha hecho más fibrosa para facilitar la unión a los dientes y para resistir las presiones de los alimentos durante la masticación.
También la encía tiene una función estética muy apreciable. De hecho, al mirar una sonrisa, no sólo nos fijamos en los dientes sino también en las encías. Unas encías muy enrojecidas no están sanas y esto nos llama la atención y puede hacer que unos dientes blancos y bien alineados puedan no parecernos atractivos. También existe lo que llamamos la arquitectura de las encías, que consiste en que los arcos que forman las encías en los cuellos de los dientes, deben tener una forma y unas alturas relativas determinadas para transmitirnos armonía.
El espacio virtual entre el diente y la encía mantiene y libera un líquido seroso que se llama fluido clevicular o fluido crevicular. Este líquido clevicular es un agente importante por su función de arrastre de detritos y microbios desde este espacio virtual, así como por su contenido en sustancias de defensa inmune contra agentes infecciosos que pudieran colonizar el periodonto. El líquido clevicular secretado se une a la secreción de las glándulas salivales para formar la saliva.

Encia enferma

Para determinar si las encías están siendo víctimas de ciertas enfermedades, se pueden analizar varios parámetros, de los cuales destacan:

- Enrojecimiento: producto de la inflamación.- Aumento de volumen: causado por un edema, también consecutivo a la inflamación.

Encías enrojecidas y edematosas por la inflamación. Hay placa sobre los dientes.


- Pérdida del punteado superficial de la encía. La apariencia de la mucosa ya no posee esa especie de piel de naranja que caracterizaba su buena salud.
- Sangramiento o supuración. Aunque, normalmente, los chilenos no asocian el sangramiento de sus encías a una enfermedad, éste es uno de los principales síntomas para reconocer una.En ocasiones, la encía puede supurar, o sea, a expulsar la materia infecciosa que contiene.


Sangramiento al sondaje. Una encía sana no debería sangrar aún cuando fuese examinada por una sonda periodontal .


- Recesión de la encía: el tejido se recoge y va abandonando su función de cubrir la raíz del diente y, por ende, lo desprotege, no lo sostiene ni lo aisla como es necesario, provocando sensibilidad dentinaria (dolor frente al frío y al calor).

Periodontitis crónica. Varón de 40 años, con abundante sarro en incisivos inferiores. La recesión dejó al descubierto la deteriorada y poco estética interfase entre el las raíces y unas antiguas coronas de metal-porcelana en los incisivos superiores. Observen las recesiones marcadas en los canino inferiores.


La recesión puede producirse por:
- Trauma mecánico: el daño se provoca por un mal cepillado, hecho en forma brusca o con una escobilla dura. Por ello, es recomendable utilizar una tipo medio o suave.
- Periodontitis: en la mayoría de los casos esta enfermedad es la causante de la recesión de las encías, pues la inflamación causada por las bacterias pueden provocar pérdida de altura del hueso y la encía.
- Profundización del Surco Gingivodentario: Este surco es el espacio que hay entre el diente y la encía, parecido a lo que sucede con la piel bajo la uña. Cuando una persona presenta una encía sana, éste mide entre uno y dos milímetros de profundidad. Para saber esto, el paciente debe ir al dentista y someterse a un examen, en el que se le introduce una sonda periodontal en dicho surco. Si ésta mide más de tres milímetros, hay una profundización patológica, que casi siempre corresponde a un Saco Periodontal.
La presencia de agentes patógenos y una mala higiene en un individuo susceptible son las causantes de la alteración del surco. Con esta profundización hay mayores posibilidades de que se aloje placa bacteriana y sarro, con lo que se genera un circulo vicioso y el problema se va agravando con el tiempo.
El saco periodontal es una señal típica de la Periodontitis.
Este síntoma es muy difícil de advertir. Sólo un odontólogo puede determinar si está presente. Por ello, se recomienda que el paciente le solicite a su dentista un sondaje periodontal.
- Dolor: El dolor es poco frecuente en las enfermedades relacionadas con la encía (Gingivitis y Periodontitis). Ésta es una de las razones por las cuales los pacientes no advierten que son víctimas de una patología.Es conveniente visitar al dentista, por lo menos, una vez al año para detectar complicaciones “silenciosas”.
Placa Bacteriana (Biofilm):
La placa no es una simple acumulación de bacterias, pues se trata de verdaderas colonias con un complejo funcionamiento con canales de alimentación propio. Hay alrededor de 200 tipos y no todas son patógenas.
Las bacterias secretan sustancias adhesivas que hacen que se peguen unas con otras, formando una especie de gel, Si la higiene no es óptima, en unos 3 meses se forma un biofilm maduro, de varias capas de grosor, lo que provoca que el cepillado de dientes sólo funcione para remover sólo las bacterias más superficiales, no la totalidad. En estos casos, sólo el ultrasonido remueve la placa completa.
Sarro
El sarro es placa bacteriana calcificada. Cuando las bacterias se mueren algunas forman núcleos de cristalización que capturan sales minerales, en especial, calcio.
El sarro contribuye a retener más placa bacteriana, porque genera una superficie irregular en los dientes, a la que se le pegan con mayor facilidad las bacterias, agravándose aún más las enfermedades periodontales.
La placa bacteriana calcificada se previene visitando al dentista por lo menos dos veces al año y su tratamiento ideal es con ultrasonido.

Encia sana

El color normal de una encía sana es rosado pálido. Hay personas que presentan pigmentación en la encía de color café, producida por la presencia de melanocitos en la zona, células encargadas de la coloración particular de cada piel.

Su consistencia debe ser dura, firme, no deslizable y no debe sangrar ni ante el tacto ni ante la higiene bucal. Tampoco debe presentar inflamación en ningún sector ni de ningún grado. Esta encía sana bordea el contorno del diente y presenta surcos gingivales de una profundidad normal, que los especialistas miden gracias a la utilización de una sonda periodontal.
Una encía sana presenta ciertas características que le permitirán a usted como paciente, reconocer cuándo esta mucosa está en óptimas condiciones.

Éstas son:
  • Color: siempre tiende al rosado, aunque varía la tonalidad según la pigmentación de la piel de cada individuo. La tonalidad rosada es una señal de que la irrigación sanguínea es la adecuada.
  • Grosor: generalmente la encía es delgada, fina, como una delicada capa protectora que cubre las raíces.No sangra: bajo ningún estímulo normal, es decir, lavarse los dientes, comer o examinar la encía.
  • Punteado superficial: Se presenta en alrededor de la mitad de las personas, y se reconoce cuando la superficie de la encía tiene un aspecto parecido al de una cáscara de naranja, es un detalle más difícil de advertir y se presenta, principalmente, en la encía que recubre a los dientes anteriores.
  • Cubre por completo la raíz del diente: Normalmente las raíces de los dientes no son visibles, ya que la encía las protege. Ésta es una de las principales funciones de esta mucosa, pues junto al hueso alveolar contribuye a cuidar, sostener y nutrir a las piezas dentarias.